¿CÓMO APLICAR EL MÉTODO MONTESSORI EN CASA?
- Escuela Simón Rodriguez
- 21 mar
- 3 Min. de lectura
Los niños son la esperanza de este mundo y tenemos la responsabilidad de darles la oportunidad de crecer, aprender y desarrollarse plenamente. ¿Cómo podemos lograrlo? Conoce cómo aplicar el método Montessori en casa, para ofrecer a tus hijos una vida equilibrada, en un ambiente de comprensión, respeto, seguridad y amor.

La enseñanza de María Montessori va más allá de un método educativo. Podríamos decir que es una filosofía de vida. Y ¿por qué llamarla así? Porque no se limita a un salón de clases, sino que implica al niño en perfecta convivencia con todo lo que lo rodea. Por esta razón, puede perfectamente aplicarse en el hogar, y cada miembro de la familia hacer el esfuerzo de crear ese ambiente ideal en casa, que les permitirá vivenciar y disfrutar cada etapa en la crianza de los hijos.
El método Montessori abre una ventana para que niños y niñas desarrollen su mente, cuerpo y equilibren sus emociones con una metodología que los acerca a lo natural, donde en cada paso de la niñez aprenden mientras juegan, se interrelacionan con el entorno, se conocen a sí mismos y experimentan, con alegría y libertad, lo que significa ser independientes.
Para que tus hijos se desarrollen de forma integral bríndales la oportunidad de decidir y experimentar a través de sus sentidos, desarrollar sus potencialidades y reforzar su autoestima, porque cuando los niños pueden expresar sus emociones, lo que quieren y desean, sin las censuras del adulto, sino más bien la guía correcta y el respeto que cada niño merece, ¡crecen más seguros de sí mismos!A continuación, tenemos para ti algunas orientaciones para desarrollar el método Montessori en el hogar:
Conocer los principios fundamentales del método Montessori: Cada vez más se utiliza pedagogía, pero, aunque pareciera sencilla su aplicación en casa, se precisa que los padres conozcan sus fundamentos, que preparen el ambiente según las necesidades del niño y sobre todo se requiere desarrollar la paciencia, la constancia y el respeto por el ritmo propio de aprendizaje del niño.
El espacio y materiales de juegos: Lo ideal es tener un espacio o rincón delimitado en el hogar con muebles a la altura del niño, donde, de forma ordenada, tenga sus juguetes y cuentos. Puede disponer de una mesita con materiales para dibujar, pintar o manipular el juego que desee.
La Autonomía personal: Para que el niño pueda ir ganando “autonomía” es necesario adaptar el entorno a ellos. Por ejemplo, coloca objetos a su altura para que pueda tomarlos, o bríndales ayuda con escalones y bancos. Que puedan alcanzar su ropa, zapatos, cepillo de dientes, artículos de higiene y materiales educativos o lúdicos, con el propósito de que realicen tareas por sí mismos. La hora de la comida es un excelente momento para ejercitar la autonomía. Entrégale los cubiertos adecuados, permítele tocar y mezclar los alimentos. De seguro te tocará recoger el desastre, pero con paciencia y amor verás su evolución y proceso de aprendizaje.
El día a día: Podemos estimular a los niños para realizar actividades de la vida cotidiana, como preparar una pequeña receta de comida, arreglar su cuarto, cuidar del jardín. Para ello es necesario proporcionarle utensilios adaptados a su tamaño. Los niños aprenden muy rápido y al sentirse involucrados suelen hacerlo ¡con muchísimo entusiasmo!
Los premios y castigos: El niño ha de aprender a hacer las cosas por la satisfacción que proporciona hacerlas y no para obtener un premio, o por temor al castigo severo. En lugar del castigo o de prohibirle algo, enséñale las consecuencias de las malas acciones y la mejor forma de enmendar los errores.
Confianza: Para que el niño gane “confianza” en sí mismo y tenga alta autoestima es necesario animarle y aplaudir sus logros de forma equilibrada.
Enseñarles a ser independientes: Para Montessori amor significa libertad con límites, que el niño pueda crecer en una ambiente estructurado, lleno de confianza; ser reconocido, respetado y brindársele la oportunidad de saber que puede hacer cosas por sí mismo.
La Doctora María Montessori tenía la profunda convicción de que la educación es vital para impulsar cambios profundos en las sociedades, y cómo es posible cambiar el rumbo de la humanidad hacia la paz y la felicidad, si se inicia en el hogar la siembra del respeto, el orden, el amor, la libertad e independencia en cada niño y niña.
“Si la ayuda y la salvación han de llegar, solo puede ser a través de los niños. Porque los niños son los creadores de la humanidad”. María Montessori.
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