¿POR QUÉ ELEGIR UNA ESCUELA MONTESSORI?
- Escuela Simón Rodriguez
- 21 feb
- 4 Min. de lectura

Seleccionar una buena escuela para nuestros hijos es de las decisiones más determinantes que nos corresponde tomar, como padres, en pro de su desarrollo y bienestar. Conoce en este post lo que hace de la pedagogía Montessori una excelente opción para tu familia…
Una elección crucial
La escuela es un segundo hogar para el niño y queremos asegurarnos de que nuestros hijos reciban en ella las herramientas y confianza que necesitan para convertirse en hombres y mujeres independientes y seguros de sí mismos.
Tener muchas interrogantes, recorrer los espacios, buscar referencias y desear conocer a fondo el método pedagógico empleado es lo más apropiado y común antes de decidirse.
Actualmente, la tendencia es que cada vez más los padres y representantes desean participar activamente en el proceso de aprendizaje escolar de los hijos. Así que muchas instituciones han optado por las prácticas a puertas abiertas que, además de incluir a los padres, poseen espacios y actividades para fomentar la libertad y auto-realización del niño. En este sentido, el método Montessori ofrece múltiples ventajas.
El método Montessori
La pedagogía Montessori tiene más de 100 años de creada, y sus principios ¡están más vigentes que nunca! Fomentar la autonomía, la creatividad y las potencialidades de cada niño y niña son los ejes angulares. ¿De qué forma?
Respetando al niño como ser humano integral: Esta pedagogía coloca al niño en el centro de todas las actividades.
En una escuela Montessori importa respetar la evolución del niño, sus talentos y habilidades individuales. Por ello, se considera el ritmo particular de cada uno, según los momentos de mayor aprendizaje definidos por la Dra. Montessori.
¿Qué aporta este enfoque? Despertar intereses y pasiones, sin imponer un tiempo único o un único resultado. Que los niños aprendan a ejercer la facultad de decidir por sí mismos al seleccionar los materiales, juegos y actividades que desean realizar, explorando libremente lo que les rodea y empleando todos los sentidos.
La clave está en que los niños ejerciten la curiosidad, desarollando la actividad de su preferencia y contando con la observación constante y consciente del maestro(a).
Pero esta libre selecion se hace respetando un orden y unos límites. Cada niño trabaja en su espacio o en pequeños grupos, con la mayor concentración. No hay lugar para el caos, pues se respeta el lugar de trabajo.
La figura del maestro es un guía que no impone, un testigo que acompaña y aporta cuando es necesario, desde el respeto, la paciencia y el amor; imagen que se aleja bastante del catedrático sabiondo que solo dicta lecciones memoristicas.
Jugar y aprender
El juego y la alegría forman parte esencial de las actividades diarias: Es una estrategia fundamental que el niño se divierta al alcanzar por sí mismo los objetivos de aprendizaje.
Y, ¿cómo lo logra? Jugando mientras aprende, completando tareas sencillas, que van haciéndose más complejas; descubriendo cómo resolver y superar obstáculos y sientiéndose parte del funcionamiento y organizacion dentro el aula y la escuela.
Por esta razón, el material didáctico, diseñado por la misma Doctora Montessori, tiene la facultad de permitir la autoregulación y corrección, sin la intervención del adulto. Un sistema que ha probado ser muy exitoso, en cual si una tarea no se realiza bien, quedan espacios vacíos o piezas sobrantes que el niño detecta y corrige solo.
El desarrollo del pensamiento creativo y lógico-matemático se hace con mucha amplitud y variedad de actividades; mediante la práctica de expresiones artísticas como la pintura y el uso de materiales, texturas y colores variados, la manipulación de objetos multiformes y figuras geométricas, organización de secuencias de números y de letras, la realización de conversatorios, narración de cuentos, cantos y actividades lúdicas en el aula y al aire libre.
¿Qué se busca con ello? Explorar y desarrollar 4 ejes: el funcional, el experimental, el de relación y el de estructuración.
Algo muy hermoso de ver es que los niños más grandes pueden ayudar a los más chicos, y que el respeto a la libre elección permite que la creatividad de los niños ¡vuele alto!, y se refleje en todos los trabajos realizados.Los espacios están dispuestos especialmente para los niños: La altura de los implementos y estantería, el diseño y disposición del mobiliario y materiales; ¡todo se organiza para que el niño pueda realizar tareas solito!, lo cual le ayudará a ganar confianza y sentirse responsable de sus acciones.
Espacios amplios y bien iluminados, en los cuales todo tiene un lugar y un orden; pensados según las edades y etapas de crecimiento, en especial para los niños de 3 a 6 años, que dan la impresión de encontrarnos en un ¡mundo mágico de miniatura!
Es un modelo educativo que nació de la necesidad de ver crecer niños felices, equilibrados e independientes.
“El niño, guiado por un maestro interior trabaja infatigablemente con alegría para construir al hombre. Nosotros educadores -y padres- solo podemos ayudar. Así daremos testimonio el crecimiento del hombre nuevo.” María Montessori.
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